12 mar 2010

sigur rós y el yo

Sigur Rós (la Rosa de la Victoria) es un grupo islandés, de post-rock. Jónsi (vocalista) compone en un “idioma” que inventó la banda llamado “hopelandic” (que está escrito en el Alfabeto Fonético Internacional), los miembros de Sigur Rós son Jónsi (guitarra y voz), Georg Holm (Bajo), Orri Pal Dýrason (batería) y Kjartan Sveinsson (teclado).

El nombre de la banda está inspirado en el nacimiento de la hermana menor de Jónsi (Sigurrós), ella nace el mismo día que se crea la banda y en 1997 se lanzó el primer disco; Von (esperanza). Su segundo disco lanzado en 1998 (Von brigði) significa decepción o “Alteración de la esperanza”, en 1999 ganaron reconocimiento internacional con el lanzamiento de Ágætis byrjun (Un buen comienzo). En el 2002 lanzaron el álbum ( ) untitled, del cual el nombre de todas las canciones fueron publicadas después en el sitio web, es decir no tenia nombre el disco y tampoco las canciones; tales canciones son cantadas en un lenguaje fonético improvisado llamado Volenska, así como en hopelandic. En 2005 fue lanzado su álbum Takk (gracias). En 2007 lanzaron Hvarf-Heim (2007) y en junio del 2008 su último álbum Með suð í eyrum við spilum endalaust ("Con un zumbido en nuestros oídos tocamos eternamente")

Han sacado 6 álbumes y tienen colaboraciones con Múm y Amiina (las chicas de Amiina los acompaña a casi todas sus giras) así como con Radiohead (marzo del 2004) con estos últimos hicieron colaboraciones para obras musicales y han tocado juntos en varios festivales y conciertos.

Dentro de la composición de la música de Sigur Rós podemos captar o interpretar que es una banda que no escriben cada canción pensando en la siguiente, o en el siguiente disco, renuncian a toda utopía, es música para todas las clases sociales, no conocen distinciones y, en una mundo globalizado, donde hay un flujo y un cambio constante de significantes y significados, encontramos en sus canciones, sin letras, una libre interpretación, lo cual marca una fuerte tendencia hacia la subjetividad en un mundo post-moderno.

En una época de desencanto e individualismo, la banda escribe la música que ellos quieran escuchar, no importa nada más, solo lo que quieran crear, buscar una autosatisfacción, el gusto popular viene a un segundo término, tampoco pretenden hacer labor social con su música, es el arte por el arte, sin pretensiones, sin satisfacciones externas, es un trabajo interior, una retrospección, no se busca lograr una revolución (que, como efecto secundario tal revolución se esté dando… eso es otra cosa, pero cabe mencionar que ésta revolución es un resultado de la emotividad de sus sonidos).

Sigur Rós es arte evolucionado, sin embargo, la sociedad, como público, hemos quedado estancados en un modelo de percepción de los cánones clásicos, por lo que, al escuchar los “maullidos” (por llamarle así) de Jónsi podemos observar una tendencia en la gente a realizar una expresión facial de descontento, de desencantamiento e incluso de disgusto. Y solo aquellos que pretendemos sentir a través de lo que escuchamos entendemos lo que Sigur Rós significa (al menos es la interpretación que queremos dar, el significado para nosotros).

No existe experiencia ninguna que se parezca ni, remotamente a verlos en vivo; la experiencia de sentir el viento moviéndose al tono con los sonidos de la banda, cerrar los ojos y dejarte llevar por un sentimiento; llorar, incluso cantar, sin tener idea lo que estás diciendo, solo interpretando sus sonidos, sintiéndolos, fundiéndote y haciéndote uno con ellos.

Hay diversas posiciones en cuanto a la música de Sigur Rós, y una se pelea con la otra, esto debido precisamente a la dificultad de sus planteamientos y a la dificultad también de su interpretación, ya que solo ellos, como artistas y creadores de su música entienden y saben lo que quieren decir. Esta interpretación no es sujeta a una lógica, y si estuviese sujeta a lógica ésta sería entre lo que sentimos en cierto contexto, en cierto momento, por un segundo…

La postmodernidad se caracteriza por tener un tono altamente emocional, nostálgico y melancólico, por lo que, las personas que escuchamos a Sigur Rós podemos afirmar, o al menos YO lo hago… que me gusta Sigur Rós porque me permite interpretar, no me dice que pensar o que sentir con sus canciones, es como si yo las escribiera cada vez que las escucho, cada vez siento algo diferente, estoy en contacto con una parte diferente de mi ser. Todo se ha vuelto relativo, no hay absoluto alguno, cada canción, cada sonido, cada letra es una interpretación en un momento, no se sabe si permanezca para el que le sigue.

No se dice que sea bueno o malo, solo se es, para algunos, será la mejor banda que exista, la única; para otros, es una “bandita instrumental”, o incluso una banda “apantalla pendejos”, y todo sigue siendo interpretación, relativismo…

Algunos de los juicios obtenidos en el arte postmoderno son: “esto lo hace mi hijo de 3 años” o “ahora cualquier cosa le llaman arte y de paso la venden carísima”. Sin embargo no importa que el público carezca de una estructura humanística, mental y cultural apropiada de entre lo que es arte o no, eso deja de ser culpa del artista, por eso, se crea el arte por el gusto y el placer de crearse. El arte postmodernista no busca abrir los ojos del público, busca que el publico abra su mente, se sensibilice, no para dejarse conmover, sino para ser partícipe en la obra, para formar parte del movimiento de la misma y para eso necesita aprender a sentir.

Sigur Rós logra hibridarse con la cultura popular, aunque no es música que esté al alcance de la misma, Sigur Rós nos muestra como es su cultura islandesa, logra una globalización total entre sonidos electrónicos como los de bajos, sintetizadores y baterías, con instrumentos orgánicos como marimbas, e instrumentos locales, incluso fabricados por ellos mismos, logrando así una deconstrucción y una mezcla entre el folklore popular y sonidos clásicos del rock, creando un concepto totalmente diferente y único, mediante la deconstrucción de cada sonido, cada instrumento, cambiando técnicas, replanteando, reinventando.

La finalidad de su música es su música en sí, no es un vehículo para transmitir algún mensaje escondido, “las cosas son lo que son”.

Para darse el gusto de realizar un proyecto en el que creen, no importa si alguien más cree en ello, mientras ellos sigan teniendo “esperanza” Sigur Rós seguirá. Sigur Rós, como una banda postmodernista, exalta su individualidad y grita “YO SOY YO”